Locos de Ira

14.03.2011 23:19

En la nueva y bulliciosa comedia de los Estudios Revolution, Locos de Ira, Adam Sandler y Jack Nicholson interpretan a un paciente y a su terapeuta, aunque por momentos sea difícil saber cual es cual.  

Después de un malentendido a bordo de un aeroplano que toma proporciones incontrolables, el Juez Daniels (Lynne Thigpen) ordena al aparentemente apacible Dave Buznik (Adam Sandler) que asista a las sesiones de control de temperamento que dirige el Doctor Buddy Rydell (Jack Nicholson), mismas que se encuentran repletas de personajes inestables y excéntricos.  

El enfoque poco ortodoxo, abrasivo y confrontador, que da Buddy a la terapia,  deja a Dave aturdido. Pero después de verse envuelto en otro incidente, el Juez Daniels ordena a Dave que se someta a la terapia o de lo contrario será enviado a la cárcel. De modo que Buddy se muda a vivir con Dave para ayudarlo a combatir sus demonios interiores. Sin embargo, Buddy no tiene demonios interiores porque aprovecha todas las oportunidades que se le presentan para manifestarse, y eso incluye el hacer comentarios obscenos sobre Linda, la novia de Dave (Marisa Tomei), y el aguijonear continuamente a Dave para que confronte hasta el más mínimo detalle, pasado o presente.

Finalmente a Buddy se le pasa la mano y Dave debe decidir ante la disyuntiva de volver a esconderse en su concha  o de valerse por sí mismo. ¿Será posible que el tratamiento confuso y contradictorio de Buddy acabe siendo justamente lo que le ordenó el doctor?

Los Estudios Revolution presentan la producción de Happy Madison, Locos de Ira. La película distribuida por Columbia Pictures es estelarizada por Adam Sandler y Jack Nicholson, co-estelarizada por Marisa Tomei, Luis Guzmán, Lynne Thigpen, Woody Harrelson y John Turturro; dirigida por Peter Segal y con un guión original de David Dorfman. Los productores son Jack Giarraputo y Barry Bernardi y los productores ejecutivos son Adam Sandler, Allen Covert, Tim Herlihy, Todd Garner y John Jacobs. El director de fotografía es Donald M. McAlpine, ACS, ASC., el editor es Jeff Gourson y el diseñador de producción, Alan Au. La música es de Teddy Castellucci y la supervisión musical corre a cargo de Michael Dilbeck. El vestuario es de Ellen Lutter.

 

El guionista David Dorfman comenta, “Lo que hizo que la idea de Locos de Ira me resultara tan graciosa fue tener al último individuo del mundo que pudiera uno pensar que necesita controlar su cólera y ponerlo junto a un terapeuta que lo saca de quicio y le hace perder los estribos”.

 

Lo que verdaderamente ponía a prueba el concepto era ver si la historia podía mantener la gracia y el ingenio de su premisa inicial. Según Adam Sandler,  productor ejecutivo y estrella de la película, el guión de Locos de Ira pasó la prueba desde que el fundador de los Estudios Revolution, Joe Roth, le pidió que lo leyera. Sandler dice que él tomó el guión e inmediatamente se sintió atraído por el título, ya que él mismo necesita controlar su temperamento en la vida real, de manera que decidió echarle un vistazo. Al leerlo, pronto se encontró riendo y así continuó hasta el final, sin que el guión en ningún momento lo defraudase.

Todd Garner, socio de los Estudios Revolución y también productor ejecutivo de la película explica que la razón de que el guión de Dorfman funcionara tan bien es que utilizó el humor para adentrarse en un asunto real, en lugar de conformarse con hacer unos cuantos chistes buenos. Garner dice: “En el fondo, se trata de un individuo que está teniendo problemas para expresarse y de otro hombre que entra en su vida para ayudarlo a manejar la situación.”

 

Nos dice Dorfman que en su guión tuvo mucho cuidado de que la terapia resultase tan inusual como la enfermedad, “el Dr. Buddy Rydell (Jack Nicholson) fuerza a Dave (Sandler) a hacer todas las cosas que él detesta. Lo hace pasar por todas las pesadillas cómicas imaginables, lo cual finalmente fuerza a Dave a tomar acción para poder sobrevivir. Al final, Dave es curado, pero de la manera más inesperada.”

 

Entre las vergüenzas que Dave debe sufrir para deshacerse de su enojo se encuentran: asistir a sesiones de terapia de grupo con un montón de excéntricos  que padecen problemas para controlar su cólera, confrontar a alguien que lo atormentó en su infancia, ser abordado por un travesti, ponerse a cantar “I feel pretty” en el Puente Queensboro a la hora del tráfico más abundante, y convivir con el Dr. Buddy, que resulta ser un compañero demandante y problemático.

 

“El Dr. Buddy sigue empujando a Dave para ver hasta que punto puede llegar sin salirse de sus casillas” dice Sandler, “él básicamente está tratando de hacerlo salir de su concha”.

 

El director de Locos de Ira Peter Segal dice que “Buddy  hace pasar a Dave por una serie de pruebas a través de las cuales él va confrontando a sus demonios para poder llegar a siguiente nivel. La razón por la cual Buddy lo hace pasar por todas esas cosas es para hacerlo sobreponerse a ellas y emerger como una mejor persona.” 

“De alguna manera su excéntrico tratamiento funciona y la vida de Dave realmente mejora, aunque él no esté seguro exactamente de cómo llegó ahí,” observa Garner. “El humor fluye en una forma poco ortodoxa pero al final, Dave realmente ha mejorado, lo cual hace a la historia completamente satisfactoria.”  

El toque de realidad, aunque rebuscado, aportó energía a las posibilidades cómicas de la película, según Segal. “El guión realmente te atrapa porque, cuando empieza, uno no piensa que haya algo malo en Dave Buznik (Sandler),” dice Segal. “Él parece inocente y víctima. Pareciera como si él no mereciera ese destino.”  

Pero cuando el especialista en manejo del enojo, el Doctor Buddy Rydell (Jack Nicholson) entra en la vida de Dave, la historia evoluciona de una forma completamente inesperada. “Buddy provoca a Dave para obtener una reacción y, al principio, uno no está seguro si esa reacción emana del enojo contenido de Dave o si es creado por Buddy,” continúa Segal. “Sin embargo, más adelante, uno se da cuenta de eso cuando Buddy habla acerca del pasado de Dave y muestra una gran perspicacia al hacerlo. Es entonces cuando la historia realmente empieza a ser interesante para mí, cuando me doy cuenta que no estaba provocando a Dave sólo para conseguir una reacción. Él es de verdad intuitivo y realmente se mete en la mente de este hombre.”  

La combinación de una gran premisa y una hábil ejecución reunió a Sandler con Segal, y atrajo a un tercer gran talento, el ganador del Oscar® Jack Nicholson, para asumir el papel del Doctor Buddy Rydell.  

Sandler había pensado en Nicholson para ese papel mientras estaba leyendo el guión porque, como él dice, “traté de imaginarme a Buddy como a alguien que me hiciera sentir nervioso a veces y confortable otras, e inmediatamente pensé en Jack. Al continuar leyendo e imaginándome a Jack en ese papel, me reí todavía más, e hizo del guión algo divertido para leer. Y después, él dijo sí.”

 “Jack le da legitimidad al papel del Doctor Buddy Rydell porque, en su atención por el detalle, él suena como un terapeuta y encarna la filosofía de Buddy,” dice Segal. “Pero él también trae consigo ese filo amenazante que es innato de Jack, el cual contrasta con el tacto que uno espera que tenga un terapeuta de reputación.”  

Nicholson no sólo aportó su persona y el preciso sentido del personaje para encarnar al Doctor Buddy Rydell, él también aportó la misma atención a toda la estructura de la historia. “Jack estuvo involucrado en ayudarnos a darle forma no sólo a su personaje, sino proveyendo ideas y chistes que hicieron a la película mucho más divertida,” comenta el productor ejecutivo Allen Covert, quien también interpreta a Andrew, el rival de Dave interesado en su novia Linda (Marisa Tomei). 

 Las sugerencias de Nicholson le dieron a la comedia una resonancia adicional, dice Sandler. “El público se ríe de las cosas divertidas, pero también se ríe cuando la historia los engaña, cuando los sorprende.”

 Viniendo de dos distintas disciplinas, la mezcla de Sandler y Nicholson resultó ser ideal. “Hubo una química inmediata entre ellos,” dice Covert.

 “El paquete integrado por el concepto y el reparto es un sueño hecho realidad,” dice Segal. “Cada vez que describo Locos de Ira –‘es una comedia acerca de un hombre interpretado por Adam Sandler que tiene que tomar clases para manejar su enojo, y Jack Nicholson es su terapeuta,’ – la reacción es inmediata. Todos dicen lo mismo: ‘Yo la voy a ver.’”  

Para Segal, la mezcla de los distintos acercamientos de Sandler y Nicholson hacia los personajes, resultó ser lo mejor de ambos mundos. “A Adam le gusta experimentar en el set. Si las cosas van bien, él trata de hacer algo diferente para ver si puede sacar algo mejor. Si las cosas no funcionan, él no se va hasta que funcionan. Fue divertido mantener la cámara funcionando mientras Adam trataba de hacer diferentes cosas.” 

¿Y cómo se acercó Nicholson al papel del Doctor Buddy? “Algo de lo que hablamos fue de darle un sentido fuera de balance a Buddy para alterar la percepción del público,” dice Segal, “para que ellos constantemente se preguntaran si él era un buen terapeuta o quizá alguien medio loco y peligroso. Él pensó que mientras mantuviera al público en suspenso el mayor tiempo posible, mejor sería la historia.”